martes, 23 de septiembre de 2014

Con la iglesia hemos topado.

 Hermanos de vida en Cristo,

Tengo una palabra, especialmente para aquellos que abren asiduamente sus Biblias, sobre el aborto; un tema mal planteado por la mayoría de religiosos, que me atrevo a corregir por el bien del evangelio:

Entendiendo, pues, que todos somos pecadores y que Jesús nos amó tanto que redimió en la cruz nuestros pecados y, a su vez, nos hizo libres. Entonces, sencillamente, una mujer es libre de abortar y, no por ello, va a ser más pecadora que antes de hacerlo.

Y esta premisa es básica en el cristianismo; por tanto, aquellos que pierden el tiempo buscando versículos en contra del aborto, lo único que hacen es juzgar y querer condenar a la culpa.

Pero la clave para entender la Biblia la encontramos, de acuerdo con el evangelio (Mateo 7,12), en el deber de tratar a los demás como nos gustaría que nos tratasen.  Entonces, ¿Desearía una mujer que decide abortar, que encima la iglesia la abandone?

Pues lo siento, Cristo no le da la espalda a una mujer que decide abortar; de hecho, es Él el único que sana las secuelas de un aborto; que las tiene, por culpa de la manipulación de la palabra de Jesús desde tiempo ha.

Y para más INRI (nunca mejor dicho) Advierte Gálatas 5.1, sobre algunas posturas de la iglesia, cuando proclama: “Cristo nos ha liberado para que disfrutemos de libertad. Manteneos, pues, firmes y no permitáis que os conviertan de nuevo en esclavos.”

Shalom.

Aquí, dejo un regalito para los que siguen en la búsqueda del versículo perdido en contra del aborto:

 “Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.”  Amén.